Venas Rotas Sunday Blog
28 de junio de 2020
28 de junio de 2020
Goo: 30 años con las botas sucias.
Texto de Jorge Tadeo
Texto de Jorge Tadeo
En 1987 Sonic Youth público su ultimo disco con un sello independiente, pasaron de SST a Enigma Records con los que grabaron Daydream Nation, disco que los puso en el radar del mainstream iniciando con esto el intento de la industria de la música por fichar a las bandas que estaban escuchando gran parte de la juventud que se alejaba del pop comercial. Jóvenes universitarios que buscaban en el arte y la música alternativa otras ideas y formas de relacionarse más allá de la industria.
Daydream Nation fue catalogado por Rolling Stone como uno de los mejores discos de la década de los ochenta, lo que permitió que Geffen les ofreciera un mejor contrato. Paso con muchas otras bandas que dieron el salto hacia la industria musical. No todas con el éxito de los Sonic Youth, pero que fueron parte de ese ejercito de independientes fichados por grandes sellos. Con los neoyorkinos podemos decir que a pesar de lo que se podría esperar, para ellos este salto a las ligas mayores no significo cambiar su estilo, ni comprometer su creatividad artística, al contrario, les ayudo a que muchas mas marginadas en todo el mundo tuvieron acceso a su música. A que muchas sintieran esa empatía que su arte trasmitía.
El inicio de la última década del siglo XX marco el momento perfecto para que los Sonic Youth llevaran su sonido más allá. No me refiero solo a la distribución, sino como creación artística. No solo mantuvieron el dialogo que ya habían iniciado a inicios de los ochenta con una generación criada en el desencanto del sueño americano. También destaparon la pesadilla que nos esperaba y en la que seguimos. Esto es lo que significa Goo, para la generación que vimos el nacimiento del disco y que nos mantenemos aquí. Esto es lo que la atemporalidad de un disco que sigue teniendo una vigencia en la actualidad.
El Goo me lo regalo un amigo de la preparatoria. Me paso un casette grabado con portada en fotocopias. Por el lado A venia el Daydream Nation y el lado B este. Lo puse en mis audífonos mientras caminaba a mi casa y fue todo un descubrimiento. Esas guitarras atonales, el bajo que era tan desconcertante que era una maravilla.
Pasar del Daydream al Goo era todo un viaje. Recuerdo que Tunik me desespero, pero con Kool Thing baile con mis manos mientras caminaba. No era un disco punk, ni mucho menos, no sabia que existía eso llamado “noise” pero ese casette me acompaño en muchos momentos.
Con el sonido de Goo, los Sonic Youth fueron creando el estilo aracterístico, fueron definiendo esa aspereza, esa atonalidad desfasada que muestra las raras y variadas influencias de cada uno de sus integrantes en particular y la mezcla en que se convierte en el colectivo.
Desde la música hasta las letras (aunque no sea tan evidente) son la perfecta contradicción entre la realidad de finales de siglo y el sueño americano que se vendía por todo el mundo. Lo mejor es que fue pagado por el propio sistema en su intento de no solo comerse una tajada del pastel, sino absorber a toda la música alternativa que pudieran.
Daydream Nation fue catalogado por Rolling Stone como uno de los mejores discos de la década de los ochenta, lo que permitió que Geffen les ofreciera un mejor contrato. Paso con muchas otras bandas que dieron el salto hacia la industria musical. No todas con el éxito de los Sonic Youth, pero que fueron parte de ese ejercito de independientes fichados por grandes sellos. Con los neoyorkinos podemos decir que a pesar de lo que se podría esperar, para ellos este salto a las ligas mayores no significo cambiar su estilo, ni comprometer su creatividad artística, al contrario, les ayudo a que muchas mas marginadas en todo el mundo tuvieron acceso a su música. A que muchas sintieran esa empatía que su arte trasmitía.
El inicio de la última década del siglo XX marco el momento perfecto para que los Sonic Youth llevaran su sonido más allá. No me refiero solo a la distribución, sino como creación artística. No solo mantuvieron el dialogo que ya habían iniciado a inicios de los ochenta con una generación criada en el desencanto del sueño americano. También destaparon la pesadilla que nos esperaba y en la que seguimos. Esto es lo que significa Goo, para la generación que vimos el nacimiento del disco y que nos mantenemos aquí. Esto es lo que la atemporalidad de un disco que sigue teniendo una vigencia en la actualidad.
El Goo me lo regalo un amigo de la preparatoria. Me paso un casette grabado con portada en fotocopias. Por el lado A venia el Daydream Nation y el lado B este. Lo puse en mis audífonos mientras caminaba a mi casa y fue todo un descubrimiento. Esas guitarras atonales, el bajo que era tan desconcertante que era una maravilla.
Pasar del Daydream al Goo era todo un viaje. Recuerdo que Tunik me desespero, pero con Kool Thing baile con mis manos mientras caminaba. No era un disco punk, ni mucho menos, no sabia que existía eso llamado “noise” pero ese casette me acompaño en muchos momentos.
Con el sonido de Goo, los Sonic Youth fueron creando el estilo aracterístico, fueron definiendo esa aspereza, esa atonalidad desfasada que muestra las raras y variadas influencias de cada uno de sus integrantes en particular y la mezcla en que se convierte en el colectivo.
Desde la música hasta las letras (aunque no sea tan evidente) son la perfecta contradicción entre la realidad de finales de siglo y el sueño americano que se vendía por todo el mundo. Lo mejor es que fue pagado por el propio sistema en su intento de no solo comerse una tajada del pastel, sino absorber a toda la música alternativa que pudieran.
Con este disco Sonic Youth querían dejar una muestra de que aun estaban muy lejos del cenit de su creación artística, más lejos estaba aún la experimentación de su sonido. Ejemplos de eso se escuchan en todo el disco. “Kool Thing” con la aportación de Chuck D era hasta ese momento su canción más pop de una sencillez que la convierte en una canción muy compleja. Con “Tunik” mantuvieron su sonido depresivo, con un coro que nos recuerda que no iremos a ninguna parte, una música caótica, desesperante, donde el bajo la mantiene en una angustia total. Y que decir de “Dirty Boots” con la que Thurston Moore comenzó a desarrollar lo que a la larga se convertiría en su forma característica de tocar la guitarra. El sello noise de esta banda.
Qué decir de la portada y los interiores del arte del disco que parecen toda una declaración de principios para la multinacional que los había fichado pensando que la tendría fácil. Fotos, dibujos, frases que son un guiño mas que evidente a la pesadilla americana y sus monstruos más famosos. Los asesinos seriales.
Con Goo, Sonic Youth marco una pauta a seguir, se convirtió en la influencia directa para muchas bandas que iniciaban la revolución accidental que fue el Grunge. Marco el camino que no todas siguieron pero que ahí estaba muy bien señalado para ir más allá de lo que esperaban los grandes sellos discográficos.
Recuerdo cuando vi Dirty Boots en MTV. Me pareció raro. No era para ese canal, desentonaba, pero a la vez me identificaba con las imágenes y la música. Aun en estos días de vejez, este disco me llena de recuerdos y de ganas de seguir. A 30 años de Goo, este sigue sonando como un respiro, como ese saber que la realidad apesta, que no queda más que hacerle frente con mucha honestidad y con las botas sucias +
Qué decir de la portada y los interiores del arte del disco que parecen toda una declaración de principios para la multinacional que los había fichado pensando que la tendría fácil. Fotos, dibujos, frases que son un guiño mas que evidente a la pesadilla americana y sus monstruos más famosos. Los asesinos seriales.
Con Goo, Sonic Youth marco una pauta a seguir, se convirtió en la influencia directa para muchas bandas que iniciaban la revolución accidental que fue el Grunge. Marco el camino que no todas siguieron pero que ahí estaba muy bien señalado para ir más allá de lo que esperaban los grandes sellos discográficos.
Recuerdo cuando vi Dirty Boots en MTV. Me pareció raro. No era para ese canal, desentonaba, pero a la vez me identificaba con las imágenes y la música. Aun en estos días de vejez, este disco me llena de recuerdos y de ganas de seguir. A 30 años de Goo, este sigue sonando como un respiro, como ese saber que la realidad apesta, que no queda más que hacerle frente con mucha honestidad y con las botas sucias +
Jorge Tadeo es académico, ensayista, panadero y anarquista.
