Las dos tendencias en las que suelen caer los artistas, especialmente los músicos, son o a mantenerse en su zona de confort, sin experimentar con ningún nuevo sonido o estilo, en mantenerse sin evolucionar. Una vez que encuentran su formula para componer pocas veces la cambian o incluyen algo nuevo. Cuando lo hacen, lo presentan como un proyecto alterno, donde no mezclan, solo usan una nueva fórmula. Esto sucede no solo con los músicos que tienen un éxito relativo, lo vemos en cualquiera que tenga un tiempo tocando. La segunda es cuando se atreven ir mas allá, experimentan con sonidos, instrumentos, estilos, yendo más allá de su zona. Pocos son los que logran una mezcla interesante, creativa, original. Aquellos que lo logran son por muchos músicos con una capacidad e imaginación superior.
Para Mark Lanegan la segunda tendencia es la que se ha convertido en la norma a la hora de componer a lo largo de toda su trayectoria como solista. Su relación con la música electrónica le ha dado a su estilo “grungie” mayor profundidad a la par que se convierte en la mezcla perfecta para transmitir ese pesar, esa tristeza que lo acompañan desde sus tiempos como vocalista de los Screaming Trees, misma que a la fecha no lo ha abandonado.
Con Straigh Songs of Sorrow ha logrado ir más allá, tal como el mismo lo ha declarado, este disco es un regalo para si mismo, y a la vez para todas nosotras que comparte como el acompañamiento ideal para leer su biografía Sing Backward and Weep. En el hace un recorrido por todos los elementos que lo han acompañado en su trayectoria. Ideal para entender las palabras de su libro. Es posible que este sea su grabación más experimental a la fecha, pero también la más completa. La que mejor representa el momento en el que se encuentra.