En los tiempos actuales en los que el contacto humano está limitado por la pandemia de COVID-19, los eventos públicos y en particular el mundo del espectáculo, se han visto afectados profundamente. Así como en otras actividades de la vida cotidiana como lo son el trabajo y la escuela, el mundo de la música ha tenido que adaptarse en estos momentos a mecanismos en los que había incursionado de manera activa durante la última década: las plataformas digitales. Sin embargo, en esta ocasión no se trata únicamente de la extracción de la música de sus formatos objetuales y de su digitalización, sino de intentar reproducir la máxima experiencia que puede tener un espectador- melómano frente a los creadores musicales: el concierto. Así, artistas y grupos musicales han ideado formas de transmitir el momento en vivo y hacerlo llegar de manera simultánea a sus seguidores, situación que han compartido tanto los músicos independientes, como aquéllos que forman parte de las grandes industrias culturales. Sobre estas últimas, no ha sido fortuita la circulación durante la última semana de una encuesta dirigida a los usuarios en México de Ticket Master solicitándoles ayuda para “construir el futuro de los eventos en vivo”, en la que se les pregunta cuáles serían las condiciones para sentirse seguros al asistir a un evento público, pero también si estarían dispuestos a pagar – y cuánto- por un evento transmitido vía streaming. Las agrupaciones musicales independientes también han tenido que diseñar estrategias ante la cancelación de conciertos y festivales, que significan una parte importante de sus ingresos, ya de por sí limitados y de esta manera han puesto en marcha conciertos en tiempo real, sorteando diferentes barreras tecnológicas.
La música a distancia durante los años más recientes, ha intentado desafiar las barreras del tiempo y del espacio. Al menos en el ámbito de la composición, bandas con integrantes dispersos en diferentes ciudades han logrado ensamblarse a través de aplicaciones como Mindscore, JamKazam y otras más que fungen como cuartos de ensayo. Sin embargo, el ancho de red en muchos lugares, es limitado e impide la sincronía adecuada entre los componentes aumentando la latencia, desfasando y deteriorando la calidad del sonido. Asimismo, durante los últimos años las transmisiones de eventos musicales en vivo han ido ganando terreno en las redes sociales, ya sean estas por parte de las mismas bandas o a través de sus seguidores. En el momento específico de la pandemia ha ido creciendo paulatinamente la oferta de transmisiones en “vivo” de diferentes bandas, en cuyos países se viven distintos momentos o fases de esta crisis de impacto global. En el caso del metal extremo, la banda sueca Necrophobic, anunció su primer evento en línea, el día 21 de marzo, que para el caso de México sería transmitido por la madrugada. El grupo se dio cita en el Harry B James Club en Estocolmo y la transmisión tuvo en su momento más de mil espectadores, no sin contar con algunas dificultades técnicas, ante lo cual optaron por seguir transmitiendo vía Facebook Live. En palabras de Joakim Sterner, el baterista de la banda: “tuvimos un error técnico, así que buscamos una forma más fácil de transmitir en lugar de no hacerlo”. La banda anunciaría para mediados de abril una transmisión que fue cancelada al presentarse síntomas de COVID-19 entre los familiares de sus integrantes. También en este lado del continente han tocado en tiempo real bandas como Dreamlore de El Salvador y Next de México. La banda sueca Katatonia realizó una emisión en vivo en el Estudio Gröndahl, para presentar algunas canciones de su nuevo álbum City Burials el día 9 de mayo, para lo cual vendieron boletos al precio de 10 euros, dando la opción de encontrar la transmisión disponible hasta el 15 de junio, sin cargo adicional. No obstante, algunos fans señalaron en la página oficial de la banda, que no contaban con dinero suficiente para pagar la transmisión, mientras que otros ofrecían obsequiar boletos para los que no pudieran adquirirlos para apoyar a la banda. Recientemente, la compañía Century Media anunció el Isolation Festival, presentándose trece bandas de Suecia, Dinamarca, Canadá, España, Finlandia, Alemania e Italia, que no tuvieron que hacer grandes desplazamientos para poder reunirse en el espacio virtual. El festival fue trasmitido en tiempo real de manera gratuita. Las bandas se organizaron según los medios con los que contaban: algunas tocaron sobre un escenario, otras más en sus cuartos de ensayo o estudios y en otros casos, los miembros lo hicieron de manera separada desde sus hogares. Sin duda alguna, el evento fue una gran promoción para Century Media y sus bandas, puesto que a las cinco horas de la transmisión, ya se contaba con casi cincuenta mil vistas.
La incertidumbre que se vive en el mundo por el avance de la pandemia del COVID-19, nos lleva a pensar en que en la anhelada “vuelta a la normalidad”, las últimas actividades en ser reabiertas serán los eventos públicos y en la cabeza de muchas personas gira la pregunta de cuándo volverán a disfrutar de un concierto en directo, mientras muchos promotores juegan con el calendario, posponiendo de manera especulativa las fechas previamente agendadas. Por su parte, durante esta época liminal, las bandas habrán de idear las formas que más se encuentren a su alcance para estar más cerca de su público. Quiénes lo han hecho han roto con la barrera del tiempo y la simultaneidad, a la vez de demostrar que la coincidencia en espacio en un concierto -ahora aplazada- sigue siendo fundamental para las relaciones humanas y para la interacción de los grupos con su público.
Amen Ra en Doom Fest. Foto de Sara Norman
*Olivia Domiínguez es metalera, academica de la ENAH, autora de varios libros aobre música e identiades sociales, entre ellos: "Trashumancias musicales y globalización" El Metal no tiene fronteras. Disponible en Venas Rotas Discos. https://www.olivia-dominguez-prieto.com
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